Avui tenim el privilegi de llegir la primera crònica de Colbran en motiu del concert que ha tingut la fortuna d’assistir a la sala de Cambra del Auditori de Barcelona.

Hoy me he estrenado con la Sala 2 Oriol Martorell del Auditori y con el Quartet Casals. La sala me ha gustado mucho. Es muy cálida e íntima, con su madera color casi caoba, una capacidad para unas 600 personas (me han dicho) y una acústica óptima, sin reverberación.

El Quartet Casals me ha impresionado, por su sonido, su precisión y su entusiasmo. Los cuatro componentes (Vera Martínez y Abel Tomás, violines, Arnau Tomás, violoncello y Jonathan Brown,viola) llevan 10 años en la formación y siguen siendo jóvenes, por lo que empezaron en la misma muy jóvenes. Sus éxitos son muy destacados, sus grabaciones para Harmonia Mundi muy elogiadas y sus compromisos actuales les llevarán por las salas más prestigiosas de todo el mundo.

El concierto de hoy ha sido muy completo y me ha satisfecho sobremanera. Ha consistido de dos partes. En la primera han interpretado el “Quartettsatz” de Schubert que consta de un sólo movimiento, ya que los compases que se conservan del eventual segundo movimiento no se interpretan. Se compuso en 1820 y se estrenó privadamente en 1821, pero su primera interpretación pública tuvo lugar el 1 de marzo de 1867. Se suele pesentar al público como una obra aislada. Sus dos temas principales son muy hermosos y su conclusión impresiona. A continuación han ofrecido el “Cuarteto en la menor“, opus 13, de Mendelssohn. El tema más recurrido a lo largo de sus cuatro movimientos es el lied “Ist de wahr” que el autor había publicado con anterioridad. Tanto es así que en vida de Mendelssohn, acabado el cuarteto, se solía interpretar el lied adicionalmente. El movimiento que más me gusta es el tercero, el “Intermezzo”, con una melodía fácil pero muy hermosa que inicia Vera Martínez y que sus tres compañeros acompañan alternativamente en pizzicato, hacia la mitad del movimiento hay una evocación al “Scherzo” de “El sueño de una noche de verano”. El primero y segundo movimientos son también muy melódicos, pero el cuarto aún cuando vuelve al tema del lied acaba de un modo poco espectacular. La interpretación ha sido irreprochable por parte de los cuatro componentes, si bien el viola queda siempre un poco apagado cuando interpreta al únísono con sus compañeros que proporcionan un sonido muy intenso y preciso. En sus partes destacadas se percibe la calidad de la interpretación de Jonathan Brown.

La segunda parte del programa ha estado integrada por el “Quinteto de cuerda en do mayor“, D. 956 de Franz Schubert, único quinteto dentro de su producción y que tiene la peculiaridad de emplear dos violoncellos en lugar de dos violas, según hacía Bocherini, para ampliar los sonidos graves de la partitura. Para ello el Quartet Casals ha recurrido a la colaboración del violoncellista y director francés Christophe Coin, quien ha estado especialmente destacado en el segundo movimiento con unos pizzicati muy sonoros. En este quinteto es donde más apagada ha sonado la viola, prácticamente absorbida por el sonido de los violines, excepto en aquellos momentos en que el compositor le concede ocasiones en solo de lucimiento. Este quinteto ha sido el plato fuerte de la velada y se han conseguido cotas de calidad muy altas. Ante los reiterados aplausos del público, después de cinco salidas, han proporcionado como bis una parte, la mas cantabile, del tercer movimiento (“Scherzo”) y los aplausos de agradecimiento han seguido sonando durante varios minutos.

Una velada verdaderamente agradable y satisfactoria.