HA MORT BEVERLY SILLS


 

Ahir va morir Beverly Sills.

És una noticia trista, molt trista. Un altre dels cantants grans del segle XX ens deixa.

La carrera i el seu llegat llegendari en el món del belcanto, romandrà sempre.

Us deixo al millor que puc deixar-vos, una esbojarrada i virtuosística Sills, fent un medley de tots els seus grans rols.

Avui el món de l’òpera ha perdut un etern somriure i el cel ha guanyat un àngel.

Què descansi en pau

Un comentari

  1. colbran's avatar colbran

    El cantante lírico norteamericano más estimado por sus compatriotas en la segunda mitad del siglo XX no fue ni Richard Tucker ni Leontyne Price, fue Beverly Sills, al menos hasta 1980, año en que se despidió de los escenarios en el New York City Opera con “Die Fledermaus”, en cuya gala del segundo acto intervinieron cantantes como Plácido Domingo, Renata Scotto, Leontyne Price, Ethel Merman, Mary Martin, Dinah Shore y actores como Burt Reynolds, entre muchos otros nombres famosos. Ella cantaba el rol de Adele y Joan Sutherland el de Rosalinde. En principio tenían que intercambiarse los papeles en las sucesivas funciones, pero no se llegó a un acuerdo.
    A simple vista podría parecer que todo le fue fácil, pues a sus dotes de extraordinaría soprano unía las de una histriónica consumada y una enorme alegría de vivir. Pero no fue así.
    Cantó desde los 3 años y a los 4 ya era invitada permanente de un programa de radio, coincidiendo con Ann Blyth que tenía el suyo propio, con 5 años, en otra emisora. Era 1933 y Shirley Temple causaba estragos en las mamás de futuras estrellas.
    Beverly Sills llegó a lo más alto en el mundo de la ópera y Ann Blyth, también soprano, tuvo que conformarse con una docena de películas musicales y, dejado el cine, dedicarse al teatro con operetas y musicales.
    Aun llegando a ser la reina del New York City Opera y, posteriormente, su drectora artística, lo tuvo muy difícil para acceder a su escenario, ya que Dr. Joseph Rosenstock, su director artístico de entonces, la convocó a siete audiciones y la desechó otras tantas. Hasta que fue convocada a una octava. Para la cual, con ánimo de pitorrearse del Dr. se presentó de la siguiente manera al escenario:
    Su larga melena pelirroja suelta hasta media espalda. Un adorno llamativo en su hombro izquierdo sobre el vestido negro que apenas llegaba por debajo del ombligo. Y unas medias negras de encaje que le llegaban hasta los muslos(sabía que al Dr. le agradaban mucho las piernas femeninas). A su 1´76 mts. de estatura le añadió
    unos zapatos con unos tacones de 15 cms. Cuando el Dr. Rosenstock la vió se acerco a las primeras filas y le peguntó que iba a cantar, a lo que ella contestó que como ya le había cantado todo su repertorio en las siete audiciones anteriores, ahoa iba a cantar arias no adecuadas a su voz y se puso a cantar “La mamma morta” y luego “Vissi d´arte”. El Dr. le pidió que subiera a su despacho y firmaron un contrato para su debut con “Die Fledermaus”, en el rol de Rosalinde. Corría 1955.
    Rudolf Bing la ignoró para el Met y ni siquiera la contrató después de su extraordinario éxito en el NYCO el año 1966 con “Giulio Cesare” de Haendel que tuvo resonancia mundial, reportaje en el “Time” incluído. Tuvo que esperar hasta 1975, cuando su nuevo director artístico, Göran Gentele, la invitó para que cantara “L´assedio di Corinto” que tánto éxito había conseguido en La Scala años antes. Pero los aficionados del Met sólo pudieron disfrutarla hasta 1978, año en que se despidió del teatro con “Don Pasquale” al lado de Alfredo Kraus, que fue su pareja estelar en numerosas funciones.
    Aparte de su repertorio habitual (“Manon”, “Traviata”, “Les contes…”, las tres reinas Tudor, etc. hizo incursiones en terrenos alienos como “Boheme”, “Aida” y “Tosca”, entre otros. Detestaba la Reina de la Noche y estrenó a Menotti “La loca”, ópera sobre Juana la idem y que ella consideraba una de las mejores interpretaciones de su carrera y un título que llegará a ser celebradísimo…
    Interpretó casi 1.000 veces “La viuda alegre” y llegó a grabar numerosos títulos de bel canto. Durante la grabación de “Roberto Devereux”, ella quiso cantar el aria final sin interrupciones y, al terminar, los componentes de la orquesta se pusieron en pie para aplaudirla. Fue toma única.
    Sus roles favoritos, aparte de “La loca” y “Roberto Devereux”, fueron “Manon” y “The ballad of Baby Doe”. En todos ellos se consideró
    superior a las sopranos que los cantaban al tiempo que ella.
    Siendo judía, aunque ejercía poco, se casó con un católico divorciado y con hijos, cosa que le causó un soponcio a su madre.
    Su vida está plagada de anécdotas chispeantes, pero este comentario ya es demasiado largo. Si embargo hay una que contaré. Cuando debutó en el Covent Garden con “Lucia” el staff del teatro se desvivió por ella, sin embargo el baño de su camerino era muy frío. Cuando vinieron a preguntarle si todo estaba a su gusto y si quería algo ella les preguntó si no habría manera de calentar el inodoro, pues cada vez que se sentaba se quedaba helada…Nadie se lo solucionó.
    Se retiró de la escena a los 51 años, pero llevaba cantando 48 y el público americano la añoro durante mucho tiempo.
    Gracias a los CD´s y DVD´s podremos disfrutar de una cantante que no llegó a visitar España, pues dedicó su carrera al público americano primordialmente.
    Su franca sonrisa y su acusado sentido del humor me acompañará siempre. La adoraba.
    Descanse en paz.

    M'agrada

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