Els compromisos laborals han fet que hagués de desestimar un interessant sopar i al mateix temps una entrada per la sessió Golfa “YVONNE PRINTEMPS, UNA DIVA MISE À NUE” a càrrec de Amy Burton. En Colbran ha acceptat l’encàrrec de fer aquesta magnífica crònica. Gràcies!
Antes que nada un fuerte aplauso a los organizadores de este show, por habernos permitido escuchar una voz, la de Amy Burton, al natural, sin mezquinas amplificaciones, como hubiera tenido que ser en todos los espectáculos del Foyer, dadas las pequeñas dimensiones del recinto.
De todas formas este espectáculo hubiera podido ser mucho mejor con una selección más selecta de los temas que Yvonne Printemps interpretara y con una más cuidada dirección de movimientos de Amy Burton que en algún momento adopta posturas algo grotescas, máxime teniendo en cuenta que Yvonne Printemps era el paradigma de la elegancia y la finura, aunque en persona fuera mal hablada, tiránica, cruel con sus sobordinados, caprichosa y cargada de manías, pero eso no trascendía al público, el cual sólo estaba al corriente de sus escarceos amorosos extramaritales y de la hipnotizante personalidad que emanaba en escena y la claridad y armonía de su voz.
Este espectáculo gira en torno a Yvonne Printemps, una especie de cupletista/soprano soubrette que sin ningún tipo de de estudios musicales o líricos irrumpió en la escena francesa, primero en las varietés, a continuación en la revista, después en la opereta y, finalmente, en el cine.
Debutó a los 11 años en el Folies Bergère, con el nombre de Mademoiselle Printemps, despuès pasa a La Cigale y, por fin, vuelve al Folies Bergère, en calidad de vedette, a los 15 años, permaneciendo alli durante 4 años, actuando al lado de Maurice Chevalier, Mistinguett y otros celebrados artistas.
Grandes autores se fijan en su peculiar voz, cristalina, pequeña pero penetrante y le montan operetas en las que pueda destacar. Su encuentro con el abigarrado y grandilocuente Sacha Guitry es vital en su carrera; en 1916 le estrena “Jean de La Fontaine” y se casan en 1919. Messager, Yvain, Reynaldo Hahn…componen partituras que ella estrena y, entretanto, irrumpe en el cine.
Nueve son las películas en que participa. La primera en 1918 y la última en 1951. Estos son los títulos:
1918.- “Un roman d amour et d´aventures”
1925.- “Camille” (peculiar film de 33′, con la intervención de Paul Robeson, Charles Chaplin, Ethel Barrymore, Sacha Guitry, Anita Loos, Max Reinhardt, Ferenc Molnar, Paul Claudel, Sinclair Lewis, Wally Toscanin -hija de Arturo-, Serge Kousewitzky e incluso el famoso abogado Clarence Darrow…)
- 1934.- “La dame aux camèlias”
- 1938.- “Les trois valses”
- 1938.- “Adrienne Lecouvreur”
- 1939.- “Le duel”
- 1943.- “Je suis avec toi”
- 1948.- “Les comdannès”
- 1950.- “La valse de Paris”
- 1951.- “Le voyage en Amerique”
Las 8 últimas al lado del gran actor francés Pierre Fresnay, con quien convivió, sin casarse, durante 44 años.
La relación matrimonial de Printemps/Guitry durò 15 años, pero desde 1931 ya hacía vida común con Fresnay. Los años compartidos con Guitry fueron de constante disgusto, por motivos sexuales: ella, tremendamente fogosa, tuvo centenares de amantes; él, con problemas eréctiles, tuvo cuatro esposas. Al respecto, ambos se intercambiaron ciertos reproches que han pasado a la historia. El más conocido es el que Guitry dirigió a su ex-esposa: “Cuando estés muerta podré decir: por fin frìa”. a lo que ella replicó “y a ti te dirè cuando estès muerto: por fin tieso” (en el espectáculo del Foyer se ha suavizado la réplica diciendo “por fin te entiendo”).
Con Pierre Fresnay tuvo una relación sexual mucho más satisfactoria, aunque hubo múltiples infidelidades por parte de los dos. Fresnay murió en 1975 e Yvonne Printemps en 1977. Había nacido en 1894.
Pues bien sobre este interesantísimo personaje femenino se ha montado un espectáculo digno, aunque con mejores intenciones que resultados. Amy Burton, totalmente deconocida entre nosotros, es una soprano de voz grata, ni muy potente, ni muy extensa, pero con un registro bastante parecido al de Yvonne Printeps, a quien rinde homenaje. Carece, no obstante de la picardía e intención de la Printemps, pero canta con soltura, con un aceptable francés y junto a su marido y acompañante al piano, John Musto, llevan adelante un espetáculo agradable de unos 70′ de duración.
El Foyer se presenta totalmente distinto a las anteriores “golfas”: el piano está donde siempre, pero la solista aparece en el lado opuesto y los espectadores están prácticamente de espaldas al escenario habitual, con lo cual los subtítulos son difíciles de ver, so pena de acabar con tortícolis. Ella con peluca y embutida en diversos atuendos, uno encima del otro, va descendiendo por plataformas a diferentes niveles que ocupan toda la zona central del Foyer, por lo que el público si va a la derecha de las plataformas ha de salir al pasillo, ya que a aquél sitio no se puede acceder por el centro. A medida que va interpretando los temas, Amy Burton va desprendiéndose de los vestidos que la cubren (uno encima del otro) hasta quedar en una especie de viso o combinación y sin la peluca rubia del principio. Sus movimentos no son excesivamente sofisticados ni elegantes, pero sale del paso de un modo correcto, gracias a cierta dosis de simpatía personal, con una dosis de ingenuidad y otra de falta de distinción, cosa que a la Printemps le sobraba.
Amy Burton es frecuente en los repartos del Met y del New York City Opera, ha actuado en múltiples teatros de ópera de Europa y Oriente Próximo (me imagino que en rroles secundarios) y tiene grabados una media docena de CD´s, el más interesante, para mi gusto, es la grabación para EMI de la ópera corta “Blue Monday” que Gershwin incluyera en la comedia musical “George White´s Scandals of 1922” y que es, ni más ni menos, un ensayo para su grandísima ópera “Porgy and Bess”.
Las piezas que han compuesto este curioso recital son:
- “Sourire aux lèvres” (de “LA S.A.D.M.P.”, de Louis Beydts y letra de Sacha Guitry)
- “J´ai deux amants” y “Air du rêve” (de “L´AMOUR MASQUÈ”, de Andrè Messager y Guitry)
- “Ètre adoré…Paris, si tu veux m´adopter” (de “MOZART”, de Reynaldo Hahn y Guitry)
- “Couplets du charme” (de “L´AMOUR MASQUÈ”, de Messager y Guitry)
- “C´est sa banlieue” (de “CIBOULETTE”, de Hahn y Robert de Flers)
- “Plaisir d´amour” (de Martini y Clarins de Florian)
- “Je chante la nuit” (de Maurice Yvain) (Instrumental a cargo de John Musto, al piano)
- “Je ne suis pas ce que l´on pense” (de “TROIS VALSES”, de Oscar Strauss y letra de Leopold Marchand y Albert Willemetz)
- “Goodbye, little dream, goodbye” (de “RED, HOT AND BLUE”, de Cole Porter)
- “Non, non, jamais les hommes” (de “TA BOUCHE”, de Yvain y Willemetz)
- “Printemps” (de Georges Auric y Pierre de Ronsard)
- “Les chemins de l´amour” (de Francis Poulenc y Jean Anouilh)
y como bis:
- “Our love is here to stay” (del film “GOLDWYN FOLLIES”-1938, de George Gershwin y Ira Gershwin, penúltima composición de Gershwin, la última fue “Love walked in”, también del mismo film- Gershwin moriría de tumor cerebral antes de terminarse el rodaje de esta película que en España se tituló “Así nace una fantasía”)
En esta selección se echa en falta algún aria de “La Grand Duchesse de Gerolstein”, uno de los caballos de batalla de Yvonne Printemps. Amy Burton ha escogido aquellas canciones que se adaptan mejor a su voz o que le gustan más, pero no las mejores del repertorio de la gran diva de la opereta de entre guerras. Sin embargo este recital ha tenido tres momentos culminantes, por los cuales ha valido la pena asistir al Foyer y éstos han sido: “Plaisir d´amour”, la preciosa melodía por cuya modernidad parece imposible que pertenezca a una composición del siglo XVIII ó principios del XIX, “Les chemins de l´amour” que Francis Poulenc compuso para la Printemps (y hoy es la canción fetiche de Jessye Norman) y la sensible interpretación de “Our love is here to stay”, con la que concluyó como bis el recital, en el que ha estado siempre acompañada al piano por su esposo John Musto.
Yo no he oído ningún bravo y los aplausos han sido corteses pero no atronadores, cuando espectáculos “foyeristas” muy inferiores si que los han tenido. Misterios…

Gràcies Colbran.
M’ha sabut molt greu no poder venir.
Interessant crònica i espectacle.
Les possibilitats d’aquest cicle a les temporades del Liceu és enorme, massa sovint cobertes per un gènere molt estimat, però que tampoc ha estat servit sempre al mateix nivell, mentre que altres gèneres i artistes han quedat relegats.
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Colbran, que no era ni un viso ni una combinacion era un vestido cocktail de gasa negra con tirantes de canutillo de raso, Audrey Hepburn llevaba uno igual en la peli que hizo con Peter O’Toole, que ahora no recuerdo el nombre, lo que pasa que como ella es algo rústica se ponga como se ponga le sale el Nebraska o el Montana que lleva en la sangre, lo demás perfecto como siempre.
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Tienes razón , Julianen, pero ya sabes que yo en vestuario femenino estoy algo pez.
La película que tu mencionas con la Hepburn y O´Toole debía ser “Cómo robar un millón y…”
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Moltes gràcies per la crònica, Colbran!, a través de la qual, entre d’altres coses, he sabut de la Yvone Printemps, a qui no coneixia (he entrat immediatament al “Yutub” per sentir-la), així com també he sabut, i m’ha sorprès, està clar, que la preciosa “Plaisir d’amour” és una composició tan antiga. Quin magatzem de dades, mare meva! 😉
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Enhorabona per la detallada crónica, Colbran, que si no és la primera que fas al blog, poc li deu faltar.
Estic d’acord amb el que dius, a la Amy Burton li va faltar bastant de la “charme” que ella cantava a les cançons i, sobretot, picardía. Es movía i gesticulava com si la tingués, pero se li notava molt el “Born in the U.S.A”.
A partir de quan es va treure les disfreses (perquè eren això, no pas vestuari) i la perruca, la cosa va millorar una mica, per acabar en les últimes cançons que cites, realment ben cantades. Si tot el espectacle hagués anat en aquesta línea, hagues pogut ser bastant més interessant. A la meva taula ens vam aborrir força, menys al final.
I es que, parafrasejant un conegut refrany…”d’europea i de ‘charmante’ se’n ha de venir de mena”.
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Fede, como siempre un placer leerte, te mando un abrazo. Pilar
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Estupenda crònica. Jo coneixia a la Printemps de nom. Faré com l’Assur:anar al youtube.
La cançó Plaisir d’amour és preciosa però la de Poulenc, Les chemins de l’amour…no te’n dic res. En fa una gran creació la no menys ideal Veronique Gens.
Els posts d’en Joaquim m’agraden però aquest teu, també. No és el primer i espero que no sigui l’últim.
Una abraçada enciclopèdica.
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Joaquím creo que no te has perdido gran cosa. Una pena, lo que podría haber sido un desfile fulgurante de canciones de operetas y del Folies Bergere se quedó en una selección bastante personal, pero a la que no ayudó mucho la falta de “charme” de Amy Burton, que por lo demás tiene una voz agradable, pero no remarcable. Lo que más me interesó fue la concepción global del espectáculo con esa especie de streptease emocional de la star que poco a poco va dejando de lado todo el oropel para quedarse desnuda emocionalmente. A pesar de ser un gran director de los años 30 y 40, las canciones de Sacha Guitry me parecieron monocordes ( y cantó 5 seguidas!) Ha sido un poco, lo que podría haber sido y no fue.
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